martes, 30 de septiembre de 2008

Día 23 Nimes 6260km Final = 6900km

El último día amanecimos en Annecy, desayunamos y partimos dirección Nimes antes de las siete de la mañana.

Nimes
Fue una de las ciudades más importantes en la época romana. Su anfiteatro convertido en plaza de toros hoy en día, da testimonio de la magnifica arquitectura de la época.

El templo romano es otro ejemplo de la presencia en la Galia.
Aquel día pasamos un calor increíble, en comparación con el frío y la lluvia de Suiza del día anterior. Tuvimos que pasar todo el mediodía debajo de los arboles de un parque, debido al calor. Descubrimos un gracioso rincón donde estaban jugando un campeonato de petanca(deporte bastante típico entre los franceses). Al irnos no conseguiamos localizar ninguna fuente y al final encontramos una pero muy sospechosa que parecía para perros. Estábamos tan muertos de sed que nos daba igual, aunque al final no llegamos a bebernos esa agua nunca.
Al llegar a la frontera casi perdemos el último tren que nos comunicaba con España ese día. Gracias a una Francesa que habla español conseguimos aberiguar que había que cambiar de tren, sino esa noche hubiéramos dormido en el pueblo fronterizo. Tras dos horas y pico de regional llegamos a Barcelona donde nos hicimos la última foto del viaje. Otra vez Barcelona fue nuestro final de viaje juntos. Miguel marcho a Castellón y yo a Zaragoza. Llegamos entorno a las 4 de la mañana cada uno a su casa.
Más de tres semanas de viaje, unos 7000km, visitando Italia, Suiza, Alemania, Dinamarca y Francia, un par de decenas de latas de atún, varios kebab, varios paquetes de embutido, decenas de ciudades y pueblos, ese fue el conjunto de una experiencia inolvidable.

Día 22 Lucerna, Berna y Annecy 5960 km

Tras desayunar en la estación de Zurich, contamos nuestras últimas monedas suizas para gastarlas aquel día. Nos dirigimos hacía Lucerna para visitarla. La idea era dormir esa noche en Francia.
Luzerna
En Lucerna llovía un poco, con mochila al hombro nos dedicamos a callejear y visitar la ciudad. Tiene un curioso puente de madera en muy buen estado. Estaba repleto de flores el puente, pero luego descubrimos que toda la ciudad también. Tras estar unas horas allí seguimos nuestro viaje hacía nuestro siguiente objetivo.

Berna
Seguimos con nuestra mochila al hombro donde estuvimos viendo la calle principal, que es muy bonita.
Según la leyenda, el duque Bertoldo V de Zähringen, fundador de la ciudad, le habría dado el nombre de Berna, tras haber vencido a un oso (Bär en alemán). En la zona hubo osos durante siglos, y aún se pueden ver, de modo testimonial, en la fosa de los osos.
A la vuelta de ver los osos llegamos a la estación donde nos preparamos uno de los últimos bocadillos de atún con pimientos del viaje. Es interesante ver que usamos el mapa de una ciudad como mantel. Creo que fue el de Viena que nos dio para tres manteles.

Ginebra
Tras otro trayecto llegamos a Ginebra. En la estación central nos mandaron a una estación muy cutre que hay a las afueras de la ciudad. Seguramente la estación peor conservada que hemos visto nunca.

Tras esperar una hora y dos horas y media de recorridos en tren regional. Llegamos al sitio que íbamos a dormir.

Annecy
Es un pueblo que esta a orillas del lago al que da nombre. Tiene la peculiaridad de ser uno de los lagos con el agua más cristalina de toda Europa. El albergue esta situado a las afueras del pueblo en lo alto de una colina, lo que significa una buena caminata. Tras dejar la mochila decidimos dar un paseo por esta ciudad llena de canales.

Albergue de Annecy (HI)

Nos tratarón muy bien y tuvieron la amabilidad de darnos el desayuno antes de la hora de apertura.

Precio entorno a 20Euros.

Nota personal: 7
http://www.hihostels.com/dba/hostels-Annecy-020020.en.htm

Día 21 Viena El palacio de Schonbrunn

Tras levantarnos tarde por el palizon del día anterior, nos dedicamos a visitar un palacio que había a las afuera de Viena, el Schonbrunn. Decidimos ir andando, lo cuál fue muy curioso. Fuimos andando lo que nos llevo como una hora y media. Incluso cruzamos barrios periféricos raros, en los que los kebab iban bajando de precio de 3 hasta 1 euro. Incluso sitios de masajes tailandeses con luces rojas sospechosas. Tras nuestra visita a la zona no turística de Viena llegamos al palacio.



Los jardines eran impresionantes, llenos de arboles, flores, fuentes, un magnifico sitio para pasear. El palacio también era impresionante, no llegamos a entrar.



Tras esto, volvimos andando otra vez para hacer tiempo para coger el tren nocturno que nos llevaría hacia Zurich(suiza) para volver a casa. Aquella noche dormimos en el vagón como pudimos, cruzamos Salzburgo a eso de las 4 de la mañana lloviendo torrencialmente y llegamos a Zurich sobre las siete la mañana. Por lo menos aquella vez pudimos dormir un poco mejor en el tren.

Día 20 Graz Contraste 5290km

Tras haber dormido en Viena, decidimos hacer una visita en el día a Graz, una ciudad al sureste de Austria. Tras dos horas de tren llegamos a una estación apartada. Como íbamos acercándonos al centro más bonita se volvía la ciudad.

Tras llegar al centro nos dedicamos a callejear por todo la ciudad. Pronto descubrimos una plaza central llena de vida, de terrazas y puestos de frutas. Realmente nos sorprendió la ciudad ya que no esperábamos mucho de ella, pero recientemente había sido la capital europea de la cultura y se habían puesto las pilas. Todas las casas estaban restauradas, había muchísimos nuevos edificios de arquitectos famosos.



Tras darnos un paseo largo, entramos a visitar la armería de Graz. ¡La cantidad de armas que había! El museo tenía unas cinco plantas repletas de lanzas, espadas, cascos, armaduras, escudos, flechas, cañones, de todo. Unas 40000 armas.




Durante el recorrido nos pillaron haciendo una foto con flash, cosas que no se podía y llego un señor que nos dijo algo en austriaco, que ni le comprendimos. Nos hizo que le siguiéramos y resulta que era para ponernos un casco medieval. Nosotros pensando que nos iban a echar. Coge el tío y nos puso un casco de la edad media con el que nos hicimos una foto cada uno. Pesaba una barbaridad.



Después de tan graciosa situación terminamos de ver lo que nos quedaba y nos fuimos a seguir visitando la ciudad. Pronto descubrimos algo sorprendente. Una cafetería que habían hecho en medio del río. Y decidimos hacer un descanso allí.
La localización era muy curiosa. Además era un río de aguas bastante movidas. El agua casi pasaba por encima de los cristales y los salpicaba. Un edificio que no sabemos si con alguna crecida habrá desaparecido.

También vimos el edifico de arte moderno del arquitecto Hook.Una especie de huevo que contiene las salas de exposición. En la cubierta le salen como si de unos ventrículos de corazón cortados que servían de iluminación al interior.
Tras una mañana tan movida y haber comido nuestro bocadillo típico de atún. Decidimos descansar a las orillas del rió hasta que nuestro tren partiera hacia Viena de nuevo.
A la vuelta los paisajes verdes de Austria nos seguían sorprendiendo. Pronto llegamos al albergue molidos por el día de 4 horas de viaje, más la visita. Tras habernos duchado y cenado decidimos salir a dar una vuelta por una zona de bares por el centro. Aunque yo estaba cansado al principio de la noche al final nos animamos y fue una noche muy chula porque hicimos muchos amigos. Conocimos a un chico de Zaragoza que había estado en un campo de trabajo en Polonia y estaban visitando Viena. También conocimos a gente de Viena.
El bar donde estábamos se llamaba Captus y nos lo pasamos en grande. El ambiente turístico de la zona, los albergues y tal. Conocimos también a Flob o algo así, que era holandés que estaba viajando por Austria con sus amigos.
También conocimos a un par de chicas checas que no hablaban ni papa de inglés. Aquella noche lo pasamos en grande con gente de muy diversos sitios holandeses, chechos, austriacos y el mañico.

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http://viajedemochila.blogspot.com/2008/09/dia-21-viena-el-palacio-de-schonbrunn.html

Día 19 Viena 4960km

Viena esta situada en las estribaciones de los Alpes, esta rodeada de unos frondosos bosques. En su área metropolitana se encuentran dos millones y medio de personas.

Arriba uno de los teatros de Viena. En el centro de Viena se encuentra el palacio Hofburg, donde vivían los reyes del imperio Austro-húngaro. Allí los nazis fueron aclamados por más de un millón de personas en la invasión de Austria.


El parlamento con su imponente fachada clásica y los leones.
Las calles de Viena eran preciosas, llenas de tiendas. A lo lejos descubrimos la catedral de Viena. Con una cubierta muy bonita, pero que la fachada y el interior necesitaba un restauración. Y como no, en frente de la catedral estaba el mega zara. Estos de Inditex son increíbles.
Por la tarde conseguimos unas entradas para ver un concierto de música clásica a mitad de precio al ser estudiantes. Nos costaría algo así como veinte euros. En un edificio increíble en su interior.

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Día 18 Melk...el nombre de la rosa 4880km

En nuestro día 18 de viaje habíamos pasado la noche en un pueblecito austriaco llamado Melk a orillas del río Danubio donde se encuentra el monasterio benedictino fundado en el siglo XI. El edificio tuvo grandes reformas durante el barroco. En la novela de Umberto Eco "el nombre de la rosa" aparece varias veces nombrada.

El impresionante edificio barroco contiene una iglesia de estilo ya Rococo(más cargado que el barroco) y una biblioteca con miles de manuscritos.

El monasterio domina todo el pueblo de Melk y es visible desde la plaza principal del pueblo.



VIENA
Tras la visita nos dirigimos hacia Viena a solo una hora de tren. Tras dejar nuestras mochilas en el albergue nos dirigimos a visitar la ciudad. Uno de los monumentos más impresionantes es antiguo palacio real del Imperio austrohúngaro.

Una de las primeras cosas que hicimos es probar el café vienes, que consiste en café con un vaso de agua después. Tampoco tenia mucho misterio.


Como buen arquitecto no me podía dejar de ver las estaciones de metro de Otto Wagner.

Y el edificio de la Secesión vienesa, en su interior hay un mural del pintor Klimt.

A la noche repusimos fuerzas en un kebab de plato, que estaba muy bueno...sino fijaros en la pinta. Además allí eran la mitad de precio que en España.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Día 17 Hallstatt el paraiso terrenal


El día 17 de nuestro viaje nos levantamos en Salzburgo para dirigirnos a dos pueblos en el corazón de los Alpes austriacos. El primero se llamaba Hallstatt, lo habíamos leído por otros diarios de viajeros que era un lugar muy bonito. Durante dos horas cambiamos un par de veces de tren y conseguimos llegar al pueblo rodeado de montañas. Cual fue nuestra sorpresa al bajar del tren que el pueblo estaba al otro lado. ¿Como llegar?

Había un barca que por dos euros te llevaban al otro lado. Seguramente la forma de llegar al pueblo ya es una maravilla. El tren tiene un concepto romántico de viaje, el ir poco a poco descubriendo el paisaje a la gente, es una maravilla. Eso mismo nos sucedió con la barca. poco a poco se iba acercando al pueblo, lo que nos permitió ver unas imágenes preciosas de como se reflejaba las casas en el agua.

Hallstatt está a la orilla del lago, pero tiene una pendiente muy fuerte. Lo que tenían el pueblo muy muy bien cuidado, seguramente nunca había visto un pueblo tan cuidado, cada esquina, cada ventana,...todas las flores...¡Increíble!

Estuvimos paseando por el pueblo y al final del pueblo también descubrimos unas perspectivas del pueblo, la iglesia, el lago,...


Aquí con nuestra mochila siempre a espaldas

A los guías turísticos siempre los ves con un paraguas o con un libro o algo así, pero nunca habíamos visto con una bandera en el pelo...era curioso..


El pueblo no tiene grandes monumentos en especial, hay una plaza con bares y restaurantes que es bastante agradable. En este pueblo nos encontramos con una pareja canaria que estaban de viaje por Austria que nos encontraríamos días después en el metro de Viena.


Cerca ya del embarcadero, detrás de la iglesia localizamos una pradera a la sombra donde descansar y echar el bocata.
Después de comer abandonamos un lugar para dirigirnos a otro, ya llevábamos dos semanas y medía así.

Tuvimos que esperar muy poco rato el tren para dirigirnos al siguiente pueblo.
A pocos kilómetros estaba el otro pueblo, pero tenía dos paradas y como siempre nos colamos de parada. Estábamos muy lejos del pueblo y como teníamos poco rato para verlos decidimos bajar hasta el lago y quedarnos por allí. Cruzamos algunas casitas de campo y llegamos a una carretera donde estuvimos andando por ella hasta llegar a un supermercado de las afueras del pueblo que vimos. Allí cogimos provisiones para los siguientes días ya que el atún y el jamón empezaba a escasear en nuestras mochilas.
Así pasamos un rato de la tarde a las orillas de aquel lago perdido en las montañas de Austria. Hasta vinieron unos cisnes a hacernos compañía, mientras Miguel les daba pan.



Ya por la tarde nos dirigimos hacia Melk ya cerca de Viena para visitar un monasterio medieval muy importante, además era donde se había basado el famoso libro: el nombre de la rosa.