Desayunamos pronto a eso de las 9 de la mañana, el día estaba lluvioso...cual fue nuestra sorpresa que descubrimos que las cataratas de Rihn estaban situadas justo de donde habíamos dormido. Tras aproximarnos a ellas descubrimos la inmensidad de su caudal. La espuma, el ruido, el movimiento hacen del lugar un espectáculo único... donde una inmensa masa de agua cae y uno se siente insignificante ante tal espectáculo.
Aquella mañana aunque el tiempo no era muy bueno nos apeteció ir paseando por la orilla del Rihn sin ninguna prisa disfrutando de aquel paisaje tan agradable y preguntando el camino a los lugareños. Parecía un sitio tan tranquilo...
Aquel pueblo tan tranquilo con su castillo, iglesias, plazas, calles, casas,...cada rincón era un deleite para los sentidos...Suiza realmente nos estaba mostrando la tranquilidad, su neutralidad...
Stein am Reim
Tras haber comido nos dirigimos hacia Stein am Reim un pueblo cercado famoso por sus casas pintadas. Es muy pequeño pero realmente su plaza y sus calles hacen honor a su fama.
Lo tipico de este pueblo es pintar las fachadas de las casas o sino el entramado de madera de colores vistosos como el rojo, recuerda un poco a la región de Alsacia en Francia.
El resto de la tarde seguimos viajando hacia el norte echando una partida de ajedrez hacia años que no jugaba.
Stuttgart fue nuestra siguiente parada para dormir, Alemania...cada vez más al norte. Donde hicimos noche en el albergue Hostel International de la ciudad.
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